Destiempos.
Blanco y tinto, los dos casi recién nacidos, van cruzando el invierno de la mano, recorriendo las calles, los lugares de siempre y otros nuevos, las copas de los conocidos y los desconocidos, escribiendo poemas en verde y en morado que van almacenándose en la memoria y en el paladar de los que los conocen. Crecen, se aventuran a descubrir nuevas zonas, desfilan, se muestran a sí mismos como son, gustan, se instalan, se destapan y ofrecen sus perfumes cual anticipo olfativo de la primavera.
Blanco y tinto, dos Destiempos, dos colores, dos poemas… pero, siempre deseo en tiempo de destiempo.
5 marzo, 2010
Cristina
Tengo que felicitar a la madre ya que sus hijos nos dan grandes alegrias a los amantes del vino. Quiero añadir un comentario que escuche el otro día a un chico que probaba por primera vez Destiempo y al que yo no conocía “este vino esta realmente bueno”. Creo que esta frase resume el sentir de los que hemos tenido la suerte de probarlo. Enhorabuena a su madre!!!!!!!!!!
9 marzo, 2010
Maria
Muy buenos los Destiempos; una copa de Destiempos, con sus bonitos colores y buenos sabores, nos hacen pasar muy bien el tiempo….
13 marzo, 2010
GUINDA
Del Destiempo tinto destacaría su alegría en su sabor, su aroma y su color, además de, como dice un amigo, su originalidad en el resultado final, que sorprende muy agradablemente. El blanquito me encanta, es fresco, aromático, equilibrado y, por supuesto, tan alegre como su hermano. Pero lo que más me gusta de ambos son los buenos ratos que nos hacen pasar, disfrutando de ellos, de la compañía y de la vida. Muchas gracias a la autora por regalarnos emoción y bienvenidos al mundo a los dos Destiempos, a los que les deseo una vida muy muy larga y espero poder encontrarlos cada vez en más vinotecas, bares, restaurantes y lugares de encuentro. ¡Enhorabuena, Ana!
14 marzo, 2010
Ana Bombal Díaz
Mil gracias por todos vuestros comentarios. Es maraviloso compartir con vosotros todos esos buenos ratos disfrutando de los Destiempos y de la vida. ¡¡¡¡Brindemos por ello!!!!